Para Cristina, embarcarse en este Máster no fue una decisión premeditada. Aunque siempre había deseado seguir formándose en diseño, las responsabilidades de la vida cotidiana solían interponerse en sus planes. Sin embargo, una propuesta inesperada de su pareja fue el impulso que necesitaba. “Fue un momento de tal locura que quizás fue eso lo que hizo que pensara ‘venga, una cosa más, una cosa menos…’”, recuerda Cristina. Este impulso marcó el comienzo de una travesía que combinaba su pasión autodidacta por el diseño y un campo emergente como el UX/UI, que ella consideraba esencial para adaptarse a las exigencias actuales del sector.
El camino no fue fácil, y Cristina enfrentó numerosos desafíos para conciliar su vida diaria con los estudios. Cuando comenzó el máster, su hijo pequeño, Alejo, tenía apenas nueve meses. Cristina y su pareja dependían de la guardería y de la ayuda de familiares para que ella pudiera asistir a sus clases dos veces por semana. Aun con este apoyo, el cansancio y la necesidad de encontrar un equilibrio constante entre los diferentes aspectos de su vida representaron desafíos permanentes. Sin embargo, su determinación era aún más fuerte:
“Por mi forma de ser no veía una opción dejarlo a medias. Quería demostrarme a mí misma que podía hacer un máster, algo que me era totalmente ajeno y por lo que nunca hubiera apostado”.
Cristina describe su experiencia en el Máster como divertida y enriquecedora. Rodeada de compañeros mucho más jóvenes, se sintió rápidamente integrada. “Me sentía cómoda en mi papel de ‘hola, tengo 20 años más que vosotros’”, comenta con humor. La diversidad en el aula y el ambiente de compañerismo le brindaron una experiencia única. Entre risas y apoyo mutuo, Cristina logró congeniar con estudiantes como Eskai, un talentoso diseñador con quien compartió puntos de vista y formó una amistad especial. Uno de sus mayores logros fue el dominio de Figma, una herramienta crucial para UX y diseño colaborativo. “Aprendí a usar el bendito Figma, una herramienta maravillosa”, comenta con entusiasmo.
Durante el máster, Cristina conoció los premios LAUS a través de clases donde les mostraban proyectos ganadores como inspiración. Así que, cuando recibió el LAUS Bronce en la categoría Aporta por su proyecto “ALISON”, pensó que quizás su trabajo algún día sirviera de ejemplo para otros estudiantes. Este reconocimiento no solo validó su esfuerzo, sino también el mensaje de su aplicación, que promueve un consumo de cine y series más igualitario y reflexivo, basado en el Test de Alison Bechdel. “Fue como saber que mi proyecto tenía sentido”, afirma Cristina con satisfacción.