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09/03/2021

Joan Roig nos habla de la atmósfera: de Caravaggio a “Juego de Tronos” pasando por Rolex.

Conseguir la atmósfera adecuada es, para los fotógrafos, uno de los retos más complejos. De ello nos habla hoy Joan Roig, colorista y Director del Máster Online en Retoque Fotográfico y Postproducción Digital de LABASAD. ¿Empezamos?   De Caravaggio a “Juego de Tronos” pasando por Rolex Con este singular título, no pretendo hacer un estudio […]

Conseguir la atmósfera adecuada es, para los fotógrafos, uno de los retos más complejos. De ello nos habla hoy Joan Roig, colorista y Director del Máster Online en Retoque Fotográfico y Postproducción Digital de LABASAD. ¿Empezamos?

 

De Caravaggio a “Juego de Tronos” pasando por Rolex

Con este singular título, no pretendo hacer un estudio o recorrido entre estos dos puntos tan distantes en el tiempo y el concepto, sino reflexionar sobre qué entendemos por la atmósfera de una fotografía o escena, y cómo mostrarla. No siempre la atmósfera ideal está ligada a la baja luz, pero probablemente nuestro subconsciente nos lleve a pensar en ello como primera opción.

Para los fotógrafos, cineastas, directores de arte, retocadores, coloristas, etc.… conseguir la atmósfera adecuada es una búsqueda maravillosamente compleja. Muchos de nosotros, cuando oímos hablar de la atmósfera nos remontamos a las luces y las sombras de referentes pictóricos como Ribera o Caravaggio, por nombrar algunos de los grandes, que utilizaban más bien poca luz en sus obras para crear mucha “atmósfera”. Pero en el mundo en el que vivimos, la era del híper “control” de la imagen, donde controlamos todo el flujo de trabajo entre la captura de la imagen y su reproducción… en lugar de tener control total sobre su representación, tenemos, más bien menos control que nunca y se han abierto un sinfín de variables en los últimos años.


La obra de pictóricos como Ribera o Caravaggio

La riqueza de la obra de, por ejemplo, los pintores citados es la medición perfecta de la intensidad, detalle y textura de las altas luces, estas altas luces se encargan de dar volumen a la escena y separar sutilmente los planos. Lo mismo sucede con las sombras: en un cuadro de Caravaggio puedes apreciar un degradado perfecto entre su alta luz o medio tono y la sombra más profunda. Esa sombra intensa, en ningún caso, llega al negro absoluto, sin textura o detalle. Por otra parte, la mayoría de las obras de Caravaggio, o la mayoría de las obras de estos célebres pintores, tienen sus altas luces en medios tonos, quitando algún brillo puntual, eso nos da mucha información en medios tonos, para un goce visual abrumador que nos sumerge en la obra, realzando sus texturas y potenciando toda la paleta tonal.

retoque fotográfico

David vencedor de Goliat de Caravaggio

 

¿Dónde quiero llegar con esto? En los grandes museos cada obra está expuesta a la altura perfecta con relación a sus dimensiones, la iluminación de la obra está medida al milímetro y hay un espacio de visualización proporcional a su tamaño. Esto nos permite disfrutar a la perfección del maravilloso trabajo realizado por el autor, con lo cual podemos disfrutar de esos degradados en su máximo esplendor. Aunque en su creación los pintores probablemente no pensasen en ese tipo de visualización, los espectadores a los que se dirigían probablemente tenían unos ojos más divinos que terrenales.

 

El caso de Juego de Tronos

En el siglo XXI, fotografía y cine pretenden mostrar, en muchas ocasiones, esos detalles que he comentado anteriormente con el mismo criterio, pero nos encontramos con un problema gigantesco: la carencia de control sobre el medio de reproducción o visualización en el que un espectador verá la obra. Como tampoco tenemos control sobre la luz ambiente en el entorno de visualización, por no hablar del tamaño del dispositivo o medio de reproducción. Vamos a hacer un break en el camino para recordar un polémico capítulo de Juego de Tronos (8×03)*. Este tenía una oscuridad “excesiva” que hizo que más de la mitad de sus espectadores no percibiesen detalle alguno del acting o la escenografía. ¿Fue un error de medición de su entorno de difusión? Si este capítulo fuese creado para su exhibición en una sala de cine Dolby Vision (“museo” actual en cuanto al control de la calidad de imagen/sonido cinematográficos con la luz, la latitud de la pantalla, la acústica y la relación entre tamaño/distancia óptimos) seguro que hubiésemos disfrutado de sombras con un precioso detalle que nos hubiesen sumergido en la trama acompañados de una atmósfera maravillosa. Pero esto no fue así, al menos para la mayoría de los espectadores, puesto que su salida comercial era la TV por cable o dispositivos móviles que, en su gama media/baja, tienen problemas en reproducir el detalle entre 85 y 100% de negro, que era donde estaba probablemente el 70% de la información, convirtiendo las sombras en una masa oscura sin definición. ¿Es correcto que prime el discurso narrativo, estético y conceptual sabiendo que solo unos pocos lo podrán disfrutar? El cine y la fotografía actuales, ¿Deben llegar a la mayoría de los espectadores pensando en la inmensa variedad de calidades de sus dispositivos y su tamaño? ¿Debemos sacrificar en cierta forma la atmósfera o el discurso?

*En la plataforma de HBO, actualmente, se puede ver una versión más iluminada, probablemente debido a la polémica que causó dicho capítulo. Las capturas que adjuntamos son de la versión original.

 

retoque fotográfico

Ejemplo del polémico capítulo de Juego de Tronos (8×03)

 

 

La luz en el anuncio de Rolex

Por ejemplo, un incremento del 30% de contraste no se percibe igual en 13 cm de pantalla que en 130 cm, ni en un móvil de 200 € que en otro de 1200€. Por eso, este es uno de los muchos motivos por los cuales las marcas deciden apostar por mostrar sus productos con tendencia a la clave alta, así evitan las variables de los dispositivos: si no hay negro profundo ni altas luces extremas, pero sí mucha luz, el producto se verá más o menos igual en el 80% de los dispositivos móviles, TV, papeles, lonas, marquesinas con reflejos, etc.… Esto provoca que omitan la atmósfera para mostrar perfectamente el detalle de sus productos con, a veces, inquietante calidad y definición que recuerda más al CGI (3D) que a la realidad. Si hacemos el ejercicio de buscar “Rolex” en el navegador, encontraremos imágenes del producto con la luz que os he expuesto aquí; en cambio, si buscamos “Rolex Commercial” veremos cómo el registro cambia. Al ser anuncios creados para tv/youtube necesitamos esa atmósfera de luces bajas, dominantes cálidas y preciosas porque aquí no nos venden un producto, nos venden un sueño, y si se pierde algo de detalle en una sombra del reloj ya lo compensan con una preciosa voz en off susurrando un poema, una buena música y un logo muy grande al final con un zumbido que nos hace mirar la pantalla en el momento importante.

En esta búsqueda de la atmósfera no deberíamos descuidar el control final de su salida. Si no tenemos control en su proyección, impresión, exhibición, difusión… ¿Deberíamos ser conservadores y omitir parte del discurso para llegar a un mayor número de consumidores? O bien, en casos puntuales o en la totalidad de una obra ¿debe primar el discurso narrativo, estético y conceptual sacrificando así el disfrute de la mayoría de los espectadores?… Seguro que no hay una respuesta correcta, pero tener claros estos aspectos nos puede ser útil en el momento de tomar decisiones ya no solo creativas sino también económicas….

 

Joan Roig
Colorista y Director del Máster Online en Retoque Fotográfico y Postproducción Digital de LABASAD.

La próxima convocatoria del Máster es en Mayo de 2021. Si quieres más información sobre el Máster Online en Retoque Fotográfico y Postproducción Digital puedes mandar un correo a [email protected] ¡Y nuestras asesoras estarán encantadas de atenderte!

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