“La fotografía documental es clave en la preservación de la memoria” – Lucas Momparler, alumno de LABASAD, y el poder de la imagen

Lucas Momparler es un artista visual que ha encontrado en la fotografía documental una vía para contar historias con profundidad y sensibilidad. Su formación inicial en arquitectura marcó su forma de ver el mundo, pero su necesidad de narrar lo llevó a explorar otros medios. A través de la fotografía, el diseño editorial y la curaduría de exposiciones, Momparler ha construido una obra que dialoga con la memoria, la naturaleza y la identidad. En esta entrevista, nos comparte su evolución profesional, su experiencia en el Máster Online en Nueva Fotografía Documental de LABASAD y sus reflexiones sobre el poder de la imagen en la preservación de la historia.

El camino de Lucas Momparler comenzó en el mundo de la arquitectura, pero pronto descubrió que su verdadera pasión residía en contar historias a través de la imagen. “Todos los campos creativos tienen puntos en común”, afirma, “pero la arquitectura demanda mucho tiempo y energía, es difícil combinarla con otras profesiones”. Con el tiempo, se ha dado cuenta cuenta de que la fotografía es más que un simple hobby:

Este proceso de transición lo llevó a encontrar en el diseño y la maquetación de libros un equilibrio que le permitiera seguir explorando sus proyectos fotográficos con mayor libertad. No obstante, su formación arquitectónica sigue influenciando su mirada: “Mi forma de conceptualizar y entender un proyecto fotográfico está muy influenciada por la metodología de trabajo del mundo arquitectónico. Como todo, eso tiene sus pros y contras, y encontrar un equilibrio ahí también es importante”.

Uno de los ejes centrales en el trabajo de Momparler es la relación entre la fotografía y la memoria. Su interés por los archivos históricos y la reinterpretación de imágenes del pasado surge de una curiosidad profunda por la historia. “Siempre he tenido mucha curiosidad por la historia: comprender el pasado para entender cómo somos en el presente y qué queremos en el futuro”, explica.

Este interés se materializó en su participación en la residencia artística L’Arxiu del Festival SCAN en Tarragona. Allí investigó la relación de la ciudad con los árboles de la Plaza de la Font a través de fotografías y documentos de archivo. “Descubrí que hace 100 años ya había movimientos vecinales en defensa de los árboles. Sin tener evidencias científicas de su importancia, estos movimientos surgieron por empatía, cuidado e intuición. Hoy, a pesar de toda la información que tenemos, hay que luchar para que la sociedad entienda el valor de estos seres vivos en nuestras ciudades”.

Para él, la fotografía documental juega un papel fundamental en la preservación de la memoria: “Siempre entendiendo que la fotografía es subjetiva, tanto a la mirada del fotógrafo como a la del espectador. Aun así, el legado fotográfico nos ayuda enormemente a entender el pasado”.

Uno de sus proyectos más personales es Family Roots, una exploración sobre la memoria y la conexión con la naturaleza a través de los árboles de su casa familiar. “El proyecto surge de Where the Acanthus Grow, que comencé en una asignatura de Rita Puig-Serra y que ha sido expuesto en el Festival Ojos Rojos”, cuenta.

En este trabajo, los árboles son tratados como miembros de la familia. “Han sido acompañantes y parte de la familia desde que mis abuelos se mudaron a la casa hace más de 60 años. Nos cuidan, nos dan frutos, madera y sombra, prácticamente sin pedir nada a cambio. Algunos desaparecen, al igual que los humanos, así que, ¿por qué no darles un lugar para que puedan ser recordados?”.

Momparler también ha experimentado con otros medios como la impresión en tela, el bordado y la escultura para ampliar su forma de contar historias. “Cada proyecto puede requerir medios diferentes”, explica. En Family Roots, por ejemplo, incorporó elementos textiles y naturales. “Hay una fotografía impresa en tela sobre la que he bordado un mapa arbóreo, situando a los árboles y sus conexiones. Es un homenaje a mi abuela y mi madre, que siempre han cosido”. También ha trabajado con ramas y hojas para crear piezas que reflexionan sobre la pérdida y la memoria.

La educación ha sido clave en su desarrollo artístico. “He tenido la suerte de aprender de grandes fotógrafos y artistas, empezando por los profesores de LABASAD”, comenta. Ahora, imparte talleres en València donde busca que sus alumnos encuentren su propia mirada. “Intento usar la fotografía como una herramienta para narrar pequeñas historias, permitiendo que cada participante descubra su manera de abordar un tema común”.

Su reciente incursión en la curaduría de exposiciones ha sido otro paso en su evolución profesional. “La curaduría mezcla la arquitectura, el diseño y el arte. Me interesa explorar cómo trasladar el concepto de un proyecto a una exposición”, explica.

Momparler también ha participado en iniciativas solidarias como Salvem les Fotos, un proyecto para recuperar imágenes afectadas por la DANA. “Surgió de una necesidad, la de seguir ayudando a las familias afectadas”, cuenta. Ha trabajado organizando y gestionando el material recibido, además de aprender sobre restauración fotográfica. “Las familias están muy agradecidas. Para muchas, recuperar cinco o seis fotos ya es un alivio”.

Este tipo de proyectos demuestran el impacto emocional y social de la fotografía en momentos de crisis. “La recuperación de estos álbumes familiares, que representan la memoria colectiva de la región, es increíblemente importante. No solo es un trabajo de restauración física, sino también emocional”.

El Máster Online en Nueva Fotografía Documental fue un punto de inflexión en su carrera. “Llegó un momento en el que me sentía desconectado de la fotografía”, recuerda. “Compré una cámara analógica, descubrí el Máster y las cosas empezaron a encajar. Poco a poco fui descubriendo los temas que me interesan y construyendo mi mirada artística”.

El formato online y onlive del Máster le permitió compaginar su formación con su vida en Suecia. “Es intenso y requiere dedicación, pero poder asistir a las clases en directo lo hace más cercano y accesible”. Para él, la escuela se define en tres palabras:

Para Lucas, la fotografía es un camino sin un final claro, pero lleno de descubrimientos. “Seguiré desarrollando proyectos porque para mí es una necesidad. Quiero seguir hablando de cosas importantes que nos hagan reflexionar sobre nuestra relación con el planeta”.

Su consejo para quienes buscan expresarse a través de la fotografía es claro: “Rodéate de personas que te ayuden a expresarte. La técnica se aprende, pero la mirada es única. Y ten paciencia, porque esta es una carrera de fondo”, expresa.

Con una trayectoria en constante evolución, Lucas sigue explorando nuevas formas de narrar, preservando la memoria y encontrando belleza en los detalles que nos rodean.

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